martes, 19 de noviembre de 2013

PAJARITO MULTIMILLONARIO



En días pasados una de las redes sociales más famosas e importantes de nuestro tiempo se hizo pública al ingresar a cotización dentro de la bolsa y cualquiera puede comprar  sus acciones. El arranque en la venta de acciones de Twitter (claro que hablamos de esa red social, ¿si no de cuál?) siguió los pasos de Facebook y generó a los más recientes multimillonarios de los social media del siglo XXI.

Ya deberíamos estar acostumbrados a este tipo de acontecimientos, los grandes negocios mediáticos giran cada vez más hacia las redes sociales y las NTIC´s.  Sin embargo el sentimiento de incertidumbre que estas transacciones generan permea aún a todas partes: a los medios tradicionales por la competencia que esto significa, a los inversionistas con memoria de los bancarrotas.com de los noventa y a una población que, en un importante sector, aún no termina de acomodarse a la velocidad vertiginosa del cambio que esto significa.

Pero pongamos en perspectiva esto. ¿Cómo nos afecta a nosotros los ciudadanos de a pie, o ciudadanos de smartphone si prefieren, que un Twitter logre alcanzar 31 mil millones de dólares de valor en sus primeras horas de cotización en la bolsa de valores?, ¿es algo bueno o malo en general?, ¿podemos creer que esta tendencia seguirá y toda red social de éxito terminará cotizando?

Lo primero que debemos tomar en cuenta es que nada asegura que Twitter tenga las estrategias, alianzas y solidez necesaria para mantener el buen paso que ha mostrado hasta ahora. Eso a pesar de que la otra red social de alcance universal en el mundo virtual, o sea Facebook, haya logrado sortear una caída espectacular en el valor de las acciones  que lanzó al volverse pública y haya logrado subir y subir. 
 
Por otra parte, el argumento de que es una de las redes sociales más importantes (en México domina FB pero aproximadamente el 60% de sus usuarios son además poseedores de una cuenta de Twitter) y eso basta para mantenrla a flote y generará ganancias de manera casi mágica no es más que una fantasía. Al salir a subasta pública Twitter se encuentra obligado a responder a criterios de mercado puros y duros, es decir los accionistas esperan dividendos garantizados por las acciones de aquellos que dirigen, al menos hasta hoy, la empresa.

Y esto nos lleva a tocar otro mito de la red. De acuerdo con éste, la web es el reino de la libertad absoluta. Según esta versión el ciberespacio no tiene ataduras de ningún tipo y estamos a salvo de las leyes de los mercados, de los gobiernos y las empresas codiciosas. Cómo ya comentamos en otra columna, eso ha mostrado ser una mentira muy grande. 

Por un lado la NSA ha tenido por años acceso a la información de los usuarios de Google y Yahoo!, ¿qué impide haber buscado seguido y hackeado cuentas de Twitter y realizar perfiles de activistas, periodistas o ciudadanos comunes?Esto también podría aplicar a las empresas y su afán de encontrar más y mejores nichos de mercado como Twitter. 

Pero no caigamos en la paranoia complotista y apelemos a la lógica de una empresa que tiene acciones en el mercado de valores y debe generar ganancias: Twitter se  verá obligado, como Facebook en su momento, a meter cada vez más publicidad, mensajes pagados, estrategias de pay per click con post específicos y muchas cosas más.

El espacio libre de internet se encuentra en proceso de llenarse de anuncios y publicidad, más o menos como sucedió con la Televisión o la radio pero con la diferencia básica de que será un proceso extremadamente dinámico en comparación. La presencia en redes sociales podría terminar costando, como cualquier anuncio publicitario o spot político que trasmite la TV.

Los medios tradicionales, antes llamados masivos,  tardaron décadas para inundar pantallas y estaciones de comerciales. El dinero que mueven llegó a  alcanzar cifras multimillonarias pero hoy en día las ganancias de la TV abierta van en caída. Se estima que el año pasado se dejaron de recaudar casi un 20% de lo que 2011 alcanzó y esa publicidad s encuentra migrando en gran medida a las redes sociales.

Si juntamos todos estos datos el panorama para Twitter no parece bueno. Por un lado se estima que no se mantendrá mucho tiempo en el top de las redes sociales y por el otro estará obligado a cambiar su funcionamiento y perfil de manera drástica en poco tiempo. Esto puede significar que los usuarios más libertarios emigren a cualquiera otra de las redes sociales emergentes que existen y surgen cada día. También podría suceder que, tal como le pasó a la primera versión de Hi5, deje de ser atractiva para los usuarios por la  poca flexibilidad en su plataforma y sufrir una inundación de comerciales que terminen por cansarnos.

El pajarito multimillonario tiene muchos retos encima, y creo que será el verdadero parte aguas de las acciones que seguirán las demás redes sociales, aún más que Facebook, en materia de esquema de negocios.  Sigamos de cerca este proceso, él nos enseñará si la versión del siglo XXI de los millonarios punto com tiene mejores perspectivas que las anteriores.

Yo solo espero que no nos signifique perder nuestras redes y contactos, o tener que pagar por mantenerlos, pues se han vuelto parte de nuestra vida diaria.

@HigueraB

domingo, 3 de noviembre de 2013

Columna publicada en La Silla Rota.com 3 / nov / 2013




Como una novela  de  thriller psicológico, cuando parecía que el caso Snowden  parecía estar démodé y  había dado todos los titulares espectaculares que podía, surge un nuevo giro de tuerca en el argumento y confirmamos lo que muchos ya sospechábamos: el espionaje de NSA (Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos) no se limitó a  personajes, líderes y jefes de gobierno de diversos estados alrededor del mundo, hecho bastante grave, sino que además realizó una exhaustiva cacería para el manejo y adquisición de los metadatos de millones de ciudadanos comunes que utilizamos a diario los buscadores de Yahoo! y Google.

Es en este punto en que el desarrollo tecnológico acelerado de las últimas tres décadas y los derechos humanos se cruzan, o más bien tienden a chocar irremediablemente. Nos encontramos en un momento histórico dónde los derechos humanos buscan ser respetados al máximo, y el derecho a la privacidad y la protección de los datos personales es una temática recurrente e importante, al punto de que  en julio de este año Frank La Rue, relator especial de la ONU sobre la libertad de expresión, señaló en un informe la necesidad urgente de estudiar la capacidad de  injerencia  en el ámbito de la privacidad por parte de  los gobiernos.

Usted puede haber llegado a este punto y pensar, OK y ¿qué demonios tiene eso que ver conmigo si yo uso la red con fines de comunicación personal y de entretenimiento?, ¿y a mi que me imorta si no soy miembro del EPR, Al Qaeda o las FARC?

Para responder tenemos que hacer un pequeño repaso de la red y sus implicaciones. Recordemos que la aparición de cada una de las tecnologías de la comunicación (radio, periódico, televisión cine, internet, etc.) ha traído consecuencias positivas y negativas, en otras palabras han afectado la forma en que nuestra sociedad se conforma. Política, socialización, comercio y entretenimiento, todo queda tocado por el desarrollo pero nunca antes había ocurrido en la escala y velocidad como con la web.

Internet afectó de forma profunda la capacidad de conocer el arte, la ciencia, la política y la economía de nuestra ciudad, país o planeta. Pero al mismo tiempo nos ha puesto un enorme tiro al blanco en nuestro pecho, entre más conectada esté unapersona uno más expuesta se encuentra a que existan invasiones a su privacidad, espionaje de grupos criminales o terroristas, o, peor aún, de gobiernos de cualquier parte del mundo.

Pensar que exista la posibilidad de que gente equivocada o malintencionada sepa quién es usted, que hace, cuáles son sus gustos y consumos, la capacidad e historial crediticio o político o académico deja un escalofrío en la espalda.

Imaginemos que usted es un espía de la NSA en busca de posibles terroristas y abra el historial de navegación de su propia computadora como si fuera el de alguien más, un sospechoso de actividades ilegales. Seguro se sorprenderá de no recordar toda la información que contiene y las implicaciones que podríamos sacar con un poco de malicia. 

Ahí están todos los sitios que visita (tiendas en línea, partidos políticos, ONG´s, sitios de películas de todo tipo), noticias que recibe (¿por qué lee la Silla Rota.com o la BBC o  Clarín?), los tweets que postea (en uno se queja del gobierno y los baches de la calle, en otro critica la miscelánea fiscal, y uno más de apoyo a una organización política o religiosa), y podríamos seguir y seguir. El destino de la vigilancia gubernamental ya nos alcanzó y no es un gran hermano totalitario, sino que tiene la forma de un subcontratista de look hipster que parece adicto a los juegos en línea y las redes sociales, tiene cara de Edward Snowden y sabe más de usted que nadie.

Para los gobiernos y las empresas, como señaló la canciller alemana Angela Merkel, puede significar desde un uso desleal de información para la competencia mercantil hasta la posibilidad de vulnerar la economía  o seguridad de un país completo, es decir una guerra tecnológica de implicaciones funestas.

En cuanto a nosotros los ciudadanos de a pie, implica que quizá alguien pueda acceder a nuestras cuentas de banco en línea, que nos inunden con información manipulada o falsa sobre cualquier asunto político o económico, que creen una imagen falsa o distorsionada de cualquiera de nosotros si  somos periodistas, activistas o simples ciudadanos incómodos para los intereses de quién tiene en su poder la red y su tráfico de metadatos.

Antes pensábamos, como George Orwell en su novela 1984,  que era necesario que existiera un estado de corte fascista o una gran decadencia social para que el control del gobierno de todas las facetas de la vida social fuera realidad, pero la información revelada por Snowden nos ha dejado claro que en esta época solo se necesitan programas computacionales de espionaje como PRISM y XKEYSCORE  y los recursos suficientes para que pasemos de la fantasía a una realidad cercana.

¿A usted le gustaría que todo lo que hace en la red se sepa?

eduardohiguerabonfil@gmail.com